Después del segundo aborto, y lo que comportó a nivel emocional, me sentía totalmente incomprendida y desdichada. No encontraba consuelo de ninguna de las maneras, por muy buena intención que llevara la gente de nuestro entorno. Muchas veces el no saber qué decir a quien pasa por esto hace que las frases fuera de lugar o la falta de empatía te alejen más de ellos.

 

¿Cuántos libros no habéis llegado a ver en librerías donde se cuenta con detalle, o incluso en clave de humor, todo lo que al embarazo se refiere? Yo muuuchos y, ahora, pregunto, ¿cuántos que hablen de lo duro que es para una pareja, una pesona, pasar por una pérdida? Casi ninguno, pues parece que es un tema feo, desagradable y que no existe si no se habla de él. Graaave error, los abortos existen, han existido y existiran por mucho que los escondamos, o la Sociedad los rechace, y el no poder hablarlo, con un mínimo de comprensión, por parte de quienes lo sufren agrava su malestar a todos los niveles.
 

No penséis que cuando pasa esto esperas que el resto de personas lo entiendan, ¡¡¡PARA NADA!!!, si no lo has vivido no tienes ni idea de lo que se puede llegar a sentir. Cuando lo contamos sólo buscamos que nos escuchen, sin decir nada, porqué por mucho que se nos diga no hallaremos el consuelo: queremos que nos respeten el duelo, nuestro malestar, el mal humor... sin sermonearnos, entendiendo que todo requiere un tiempo y somos los primeros que queremos ser felices, pero la vida nos ha puesto una piedra en el camino para lograrlo. La autoayuda se necesita en ambos bandos.

 

Volviendo al libro, que recomiendo tanto para los que lo habéis vivido en vuestras carnes como para aquellos que como padres, hermanos, primos, etc os ha tocado de cerca, aquí os adjunto el resumen para que os hagáis una idea:

 

"Este libro nace de la necesidad de hablar, sin temor ni falsos mitos, acerca de una realidad que viven muchas parejas y para la que nadie está nunca preparado: la pérdida de un bebé en algún momento del embarazo, los hijos que nunca llegan a nacer. Cuando esta dura experiencia tiene lugar, es preciso abordarla desde diferen tes perspectivas, que en estas páginas se desarrollan con la intención de aportar luz sobre un tema casi siempre relegado a la sombra: la correcta información, el buen acompañamiento y el apoyo del entorno, la intervención psicológica, la despedida y los rituales de la pérdida, los estudios médicos posteriores… Aspectos que no deben ser tratados como tabúes, porque en tal caso sólo contribuyen a añadir un dolor innecesario a un dolor de por sí inevitable."