En varios post anteriores he hecho referencia a la BIOPSIA CORIAL, prueba que puede aplicarse en los casos de aborto para conocer, que ya no es poco, si existe una posible causa genética en dicha pérdida, aún tratándose de un embrión de a penas unos pocos milímetros.

Para algunos/as también os será familiar por ser, junto con la amniocentesis, una de las vías recurridas para detectar problemas en embarazos y gestantes con riesgo (enfermedades del tubo neural, síndromes de origen genético como Down, Patau, etc).

 

De manera más concreta y científica, esta prueba consiste en el análisis de una muestra de vellosidades coriónicas que se extraen de la placenta; las vellosidades coriónicas son parte de un tejido externo que rodea al feto y a la placenta. Estas contienen la misma composición genética que las células del bebé. Su análisis permite diagnosticar o descartar más de 200 trastornos genéticos o cromosómicos.

Suele llevarse a cabo un poco antes que la amniocentesis, aproximadamente entre la semana 10-12 de gestación, y tiene un riesgo levemente mayor de aborto espontáneo. Puede llevarse a cabo por vía vaginal o transabdominal.

No entraré, pues no es mi intención, en hablar sobre cual es mejor; mis intenciones van más allá, sacar algo "positivo" de una prueba que puede llevar a una desgracia en otras circunstancias.

Cuando me tomaron la muestra en el tercer aborto me pilló por sorpresa, no sabía de qué me hablaban, y ahora me doy cuenta que ojalá la hubieran hecho de entrada con el segundo, el pasado mes de Mayo, pues tendríamos algo más allá de suposiciones y teorías.

 

¿Es dolorosa? Molesta, quizá, aunque lo que me "mató" fué la sensación de vacío que me quedó después, a pesar que mi embrión ya estaba muerto. Noté exactamente, por sus manipulaciones y los pequeños tironcitos, dónde estaba enganchado el saquito, veía de refilón por la pantalla los pasos... entré embarazada y salí sin una parte de mi en la que había albergado tooodas mis esperanzas después de meses buscando una respuesta, una causa.

 

Una de las cosas que te dicen -o nos han dicho a nosotros- en pérdidas de poco tiempo de gestación es que "emocionalmente no tienen tantas consecuencias pero que médicamente resultan de difícil diagnóstico". Primero, ¡qué fácilmente habla la gente sobre las emociones de los demás!, y segundo, precisamente como es máaas complicado poder encontrar la causa en abortos tempranos, ¿por qué desperdiciar la ocasión de descartar si la causa ha sido genética? Tener un "NO" no sería un fracaso, sería cerrar el cerco y poder atacar por otros frentes.

 

En nuestro caso ha sido algo clave, después de dar tumbos por una causa y por otra...