Normalmente empiezo las semanas con la vista puesta en el Viernes y ésta no es distinta, o sí, porque éste, además de traer con sigo un nuevo fin de semana, tenemos la última cita de las programadas para pasado el Verano, la cita con Dra. I.

Por un lado temo que le venga una inspiración repentina y no se le ocurra otra cosa que pedir "algo" más, por el otro tengo ganas de saber, de una vez por todas, como ve ella nuestro caso y que de a conocer su plan de ataque. Sí, creo que ando hecha una mezcla de todo tipo de sensaciones y sentimientos, pero tampoco me viene de nuevo: ¿qué están siendo estos tres últimos años sino un culebrón de sobremesa? Fijo que soy la comidilla, entre timbas de domino, de las abuelas que visito e incluso me jugaría el cuello que deben andar haciendo porras a ver quién sabe exactamente cuantos abortos llevo. No las subestiméis, yo las creo capaces y se de buena tinta que soy tema de conversación entre esta panda de chismosas...

La espera hasta la cita no creo que sea ni larga ni agónica; la semana se nos presenta movidita por temas personales y creo que nos tendrá a todos los de casa más que "entretenidos" y agotados.
Me gustaría poderos contar alguna cosa más, algo que os fuese de ayuda pero, salvo por esta situación que mencionaba, mi panorama no se presenta muy movido.